1 dawid numeró a la gente que estaba con él y nombró sobre ellos comandantes de miles
y de cientos. 2 Entonces David despachó la gente, un tercio de ellos bajo la mano de Yoav,
un tercio bajo la mano de Avishai el hijo de Tzeruyah, el hermano de Yoav, y un tercio bajo la
mano de Ittai el Gitti; y el rey dijo a la gente: "Yo mismo también iré con ustedes." 3 Pero la
gente respondió: "No salgas, porque si huimos, a ellos nosotros no les importamos; aun si la
mitad de nosotros muere, a ellos ni les importa. Pero tú vales diez mil de nosotros, así que es
mejor ahora que tú te quedes en la ciudad y estés listo si necesitamos ayuda." 4 El rey les
respondió: "Yo haré lo que parezca bueno a sus ojos." Así que el rey se paró a un lado de la
puerta, mientras la gente salió por cientos y miles.[74] 5 El rey dio órdenes a Yoav, a Avishai y a
Ittai: "Por amor a mí, traten gentilmente con el joven Avshalom." Toda la gente estaba
escuchando cuando el rey dio esta orden referente a Avshalom a todos los comandantes.
6 Así que la gente salió al campo contra Yisra'el; la batalla tomó lugar en los bosques de
Efrayim. 7 El pueblo de Yisra'el fue derrotado allí por los sirvientes de David; hubo una terrible
matanza ese día de 20,000 hombres. 8 Pues la batalla allí se extendió por todo el campo; el
bosque devoró más gente ese día que la espada.[75]
9 Avshalom fue a encontrarse con los sirvientes de David. Avshalom estaba montando su
mulo, y según el mulo caminaba bajo las ramas espesas de un gran árbol de terebinto, su pelo se
enredó en el terebinto, así que él se quedó colgando entre el cielo y la tierra, mientras el mulo
siguió de debajo de él. [76] 10 Alguien lo vio y se lo dijo a Yoav: "Yo vi a Avshalom colgando de
un roble." 11 Yoav le preguntó al hombre que se lo dijo: "Mira, tú lo viste, así que ¿por qué no lo
mataste y lo echaste a tierra allí mismo? Te hubiera tenido que dar diez piezas de plata y,
además, un cinturón." 12 El hombre respondió a Yoav: "¡Aun si me dieras mil shekels de plata, yo
no hubiera alzado mi mano contra el hijo del rey! Después de todo, mientras nosotros estábamos
escuchando, el rey te ordenó a ti, a Avishai y a Ittai: 'Cuiden al joven Avshalom para mí, 13 como
para no dañar su vida,' y nada del asunto será ocultado del rey, y tú te hubieras puesto en contra
mía." 14 Yoav dijo: "¡No puedo perder tiempo discutiendo contigo!" El tomó tres dardos en su
mano y los arremetió por el corazón de Avshalom mientras aun él estaba vivo, colgado del roble.
15 Entonces los diez pajes de armas de Yoav rodearon a Avshalom, lo hirieron y lo mataron.
16 Yoav sonó el shofar, y la gente regresó de perseguir a Yisra'el, porque Yoav perdonó al
pueblo. 17 Ellos llevaron a Avshalom y lo echaron en un hueco grande en el bosque y apilaron gran cantidad de piedras sobre él. Todo Yisra'el huyó, cada uno a su tienda.[77] 18 En vida,
Avshalom había tomado y levantado para él mismo una columna que está en el Valle de los
Reyes, porque él dijo: "Yo no tengo hijo que preserve la memoria de mi nombre." Así que él
nombró la columna con su nombre, y es llamado la Mano de Avshalom hasta este día.[78]
19 Entonces Ajimaatz el hijo de Tzadok dijo: "Deja que corra ahora y lleve la noticia
alegre al rey que YAHWEH ha juzgado a su favor por rescatarlo de sus enemigos." 20 Yoav le
dijo: "Tú no serás el mensajero que llevará noticias alegres hoy, puedes llevarlas otro día; pero
hoy no llevarás la noticia, porque el hijo del rey está muerto." 21 Entonces Yoav dijo al Kushi
[Etíope] : "Ve, dile al rey lo que viste." El Kushi se inclinó ante Yoav, entonces corrió. 22 Pero
Ajimaatz el hijo de Tzadok dijo a Yoav: "Pase lo que pase, por favor déjame correr tras el
Etíope." Yoav respondió: "¿Por qué quieres correr, hijo mío? No recibirás ninguna recompensa
por llevar la noticia." 23 El dijo a Yoav: "A mí no me importa – pase lo que pase, quiero correr."
Así dijo Yoav: "Corre." Entonces Ajimaatz corrió por el camino de las llanuras del desierto y
alcanzó al Kushi.
24 David estaba sentado entre las dos puertas. Un vigía subió a la azotea de la puerta y
hacia afuera en el muro; y, alzando su vista, miró, y vio a un hombre corriendo solo. 25 El vigía
gritó y se lo dijo al rey. El rey dijo: "Si él está solo, tiene buenas noticias que decir." Mientras él
corría y se acercaba, 26 el vigía vio a otro hombre corriendo y le llamó la atención al guardia de la
puerta: "Hay otro hombre corriendo solo." El rey dijo: "El también debe tener buenas noticias."
27 El vigía dijo: "El primero luce como Ajimaatz el hijo de Tzadok." El rey dijo: "El es un buen
hombre, viene con buenas noticias."
28 Ajimaatz dijo al rey: "Shalom," se postró delante del rey con su rostro en tierra, y dijo:
"Bendito sea YAHWEH tu Elohim,[79] que ha entregado en tu mano a los hombres que han alzado
sus manos contra mi señor el rey." 29 El rey respondió: "¿Está todo bien con el joven Avshalom?"
Ajimaatz respondió: "Cuando Yoav mandó al sirviente del rey y a mí tu sirviente, yo vi una gran
conmoción, pero no sabía lo que era." 30 El rey dijo: "Ve y párate allí." Así que él fue y se paró
allá. 31 Entonces vino el Kushi, y el Kushi dijo: "Hay buenas noticias para mi señor el rey, pues
YAHWEH ha juzgado a tu favor y te ha librado de todos aquellos que se rebelaron contra ti." 32 El
rey preguntó al Kushi: "¿Está todo bien con el joven Avshalom?" El Kushi respondió: "Los
enemigos de mi señor el rey y todos aquellos que se rebelaron contra ti para dañarte estén como
ese joven está."33 Temblando, el rey subió a la habitación sobre la puerta, sollozando y llorando:
"¡Oh, mi hijo Avshalom! ¡Mi hijo! ¡Mi hijo Avshalom! ¡Si sólo yo hubiera muerto en vez de ti!
¡Oh, Avshalom, mi hijo, mi hijo!"